creo que el tema en general tambien deviene de analizar cada caso concreto ya que no es el mismo nivel adquisitivo de capital federal que en el resto de las provincias, por eso aveces se opta por cobrar una consulta a un valor pagable que quedarse en el estudio esperando que llegue el cliente que nunca vendra. En provincia de buenos aires en lo referente a causas de familia y laborales es imposible cobrar 600 la consulta ya que luego de gastos de apertura de carpeta, fotocopias,telefono, pago de ius y bono se te va a $1500, osea para arrancar en gastos hablamos de $2000 de los cuales nada es ganancia. Por eso si uno pretende tomar un caso laboral o de daños potable uno tiene que ver la situación del cliente y luego hablar de números. Hoy una demanda con una cuantiosa documental contra 2 demandados te sale un dinero en copias e impresiones que un desocupado no puede pagar y una persona accidentada sin recursos tampoco, a eso se le suma la competencia que ofrece gratuidad en gastos de inicio, resultando complejo cobrar las consultas.
En mi caso particular cobro la primera consulta verbal a los fines de generar una obligacion de continuar, pero claro esta que entiendo el planteo que hacen y estoy de acuerdo pero sin animo de contradecir a nadie creo que si los colegios de abogados no se ponen firmes en establecer una tarifa regular es imposible que se cumpla. Existe la normativa arancelaria en provincia pero cada uno hace lo que quiere, asi tenemos a un penalista que te cobra 20.000 minimo una excarcelacion que nunca presentan como tambien a los defensores oficiales que toman casos de gente que pueden costear abogados.
Creo que para revalorizar a esta profesion primero debemos hacer una critica interna sobre como trabajamos todos y desde alli comenzar el cambio, hasta que no seamos coherentes entre nosotros es imposible creer en utopias ya que somos los causantes de nuestra fama por inescrupulosos que solo buscar el dinero a toda costa, olvidandose del juramento que hicieron al matricularse y apartandose del sentimiento de justicia y la buena providencia en el ejercicio de esta profesion.