Antes de embarcarte en un juicio de malapraxis (medicoasistencial, supongo?) y de llenar un modelo standard, es aconsejable que te respondas a vos misma algunas preguntas:
a) ¿Disponés de la Historia Clínica fundamental (obtenida por medida precautoria o diligencia preliminar, según el caso)?
b) ¿Recolectaste toda la documentación médica que dispone tu cliente? ¿Definiste bien dónde se encuentra la restante, y a quién se la tenés que pedir?
c) ¿Tenés consultor técnico para interpretar el relato de tu cliente a la luz de los registros clínicos y los estudios complementarios? ¿Confirma técnicamente el sentir de tu cliente respecto de que la asistencia no fue la adecuada y debida en el caso concreto? ¿Te va a asistir luego en la pericial (poniendo la firma, obvio)?
d) ¿Tenés bien claro contra quién o quiénes vas a enderezar la demanda?
¿Tenés bien claras las razones doctrinarias y jurisprudenciales del por qué?
e) ¿Definiste bien a quiénes (representantes válidos) vas a proponer para que absuelvan tus posiciones si tus demandados serán personas jurídicas, y en qué consistirán esas posiciones? ¿Tenés previstos los dimes y diretes que se van a suscitar gracias a nuestro delicioso y amigable sistema escritural en materia procesal?
f) ¿Definiste con tu consultor cuáles son los testigos médicos y paramédicos que deberías ofrecer o citar (sobre todo si hay fundadas sospechas de que la historia esté dibujada)?
g) ¿Tenés testigos admisibles de parte que hayan presenciado hechos relevantes? ¿Son fiables?
h) ¿Redactaste bien los puntos de pericia sobre los cuales deberá expedirse el perito médico de oficio, y la especialidad que conviene que tenga acreditada? ¿Te aconsejó al respecto tu consultor?
Si podés responderte con seguridad estos aspectos, es cuestión nomás de hacer una demanda tipo por daños y perjuicios, con la sóla peculiaridad de que alegarás incumplimiento contractual calificado por la culpa asistencial. De lo contrario, pronto te vas a encontrar tratando de remontar un barrilete de plomo...