En un bar cercano a una Udai de la Ciudad de Córdoba, estaban reunidos dos colegas tomando un café.
- Ya me tienen cansado en esta Udai con la cantidad de requisitos y de cosas sin sentidos que nos piden para iniciar un trámite previsional.
- No te sulfures Juan, que la gastritis que te hacen agarrar por acá no te la curas.
- Vos siempre tan tranquila Jimena.
- Hay que conservar la serenidad amigo. Hay muchos "maestros" sueltos tanto dentro de Anses como afuera que se creen que se la saben todas y joroban la gente.
- Joroban a la gente?- preguntó Juan- Como es eso?.
- Vos recién empezás en esto e irás descubriendo que te van hacer pasar las de Caín tanto dentro de Anses, como el cliente que te vaya a tocar y en la misma Justicia Federal.
- Se ves que sos muy experimentada-
- No tanto Juan. Pero hubo un hecho que me marco.
- Que te pasó?.
- Sucedió que me enamoré de mi socio, quién me inició en previsional hace de esto como seis años atrás.
- Epa. Esa no me la sabía. Jimena contando sus penas de amor.
- Ya me tienen cansado en esta Udai con la cantidad de requisitos y de cosas sin sentidos que nos piden para iniciar un trámite previsional.
- No te sulfures Juan, que la gastritis que te hacen agarrar por acá no te la curas.
- Vos siempre tan tranquila Jimena.
- Hay que conservar la serenidad amigo. Hay muchos "maestros" sueltos tanto dentro de Anses como afuera que se creen que se la saben todas y joroban la gente.
- Joroban a la gente?- preguntó Juan- Como es eso?.
- Vos recién empezás en esto e irás descubriendo que te van hacer pasar las de Caín tanto dentro de Anses, como el cliente que te vaya a tocar y en la misma Justicia Federal.
- Se ves que sos muy experimentada-
- No tanto Juan. Pero hubo un hecho que me marco.
- Que te pasó?.
- Sucedió que me enamoré de mi socio, quién me inició en previsional hace de esto como seis años atrás.
- Epa. Esa no me la sabía. Jimena contando sus penas de amor.