Que bueno lo que han escrito. No se su opinión personal y no llegue al final de todo esto, pero a mi modo de ver, se asemeja muchísimo a una terapia en grupo, asi que voy a participar en este desahogo.
Soy de Cosquín, Provincia de Córdoba, tengo 27 años, marido y dos hijos (ambos nacidos en la etapa de estudiante). A los doce años decidí que mi vida era ser abogada y desde entonces mantengo fervientemente ese sueño, por más de que ya tengo colgado en la pared el título que tanto esfuerzo me costo conseguir. Estudie la carrera en la Univ. Nal. de Córdoba, me gradué en febrero de 2006 y obtuve matricula habilitante en Agosto del año pasado.
Desde el año 2004 hasta comienzos del 2006 me desempeñe como pasante en los tribunales civiles y comerciales de la ciudad de córdoba. Luego de semejante manoseo renuncié a la pasantía y me dedique a buscar trabajo en algun estudio, ya recibida. Lo que conseguí fue un empleo como "colaboradora" de un ex funcionario del gobierno provincial que tenia una procuración de Rentas a nombre de un amigo-colega. Y la verdad el comentario que habian hecho sobre este tipo de juicios es totalmente cierto. Es lo mas embrutecedor dentro del campo del derecho.
La paga era bastante escasa, me alcanzaba para pagarle a una empleada que se quedara con mis hijos mientras salia a trabajar, pero si bien era cambiar la plata, yo necesitaba hacerlo... necesitaba sentirme cerca del derecho. Ese trabajo lo hice hasta Junio de este año cuando le revocaron el poder al susodicho este. Igualmente ya no queria seguir porque se me habia vuelto todo muy pesado e insignificante.
Volví este año a vivir a Cosquín con mi flia. y decidi con una amiga del secundario y de la facu abrir nuestro propio estudio y con mucho orgullo les cuento que desde ahi les estoy escribiendo este breve relato. Se ve que no tenemos mucha ética porque no cobramos consulta, pero aca, en un pueblo todo es muy distinto. Todos te conocen o inventan conocerte a vos, tus padres, tíos, etc. De todos modos estamos bastantes cansadas de ese desmerecimiento y vamos a la brevedad a tratar de revertir todo esto. La gente confunde mucho al abogado con el terapeuta y nosotros no estamos para eso, para problemas bastan los propios.
Bueno, hay un millón de cosas más que me gustaría contarles pero nadie las leería por la extensión seguramente.
Sigan todos colaborando y ayudemonos a ser cada día mejores.