Es la primera oportunidad en que participo de estas conversaciones grupales, y haciendo una breve comparación entre el hilo social de los buena onda y el anárquico presente, me permito incursionar ente los comentarios mala onda.
A decir verdad lo que me llevó a optar por ello fue el festejo del día de los enamorados del antagónico.
Reconozco que mi personalidad ermita no ha logrado incluirme entre los que sienten "cosquillas en la panza", pero he llegado a adjudicar directa responsabilidad (siempre hay un culpable que no es uno) a los MUTANTES, léase los clientes.
Considero que no faltan aspirantes a la conquista (aunque suene engreída), sino que estas especies que albergan las sillas del estudio, aquilataron toda pasión genuina de los tiempos en que se recibe el ansiado título de abogado.
Convengamos que no puede aflorar "entusiasmo" cuando existe una presión constante por procurarse la clientela, intentar el pago de honorarios (ni hablar las consultas), ensayar lo imposible en las causas en las que luego te revocan el poder y justo aparece un odioso colega que apela tus honorarios, etc, etc. Todo ello, además de los obtáculos absurdos del Palacio del odio.
Y si, amigos, con algo más de 30 años y casi 10 de ejercicio profesional, todavía no aprendí que las palabra se las lleva el viento, y que el corazón no se debe mezclar con el dinero.
Gracias, por el espacio. Ahora estoy mejor!!!!!!
Fe de erratas: Palacio de Justicia