Seguimos con las novedades trascendidas a los medios sobre el caso de la muerte dudosa de la periodista y diputada Débora Pérez Volpin:
La prensa escrita reproduce párrafos cruciales del informe de autopsia realizada en la morgue judicial: “…El estómago contiene 10 mililitros de líquido mucoso – mucosa hiperémica. A nivel de la curvatura menor se observa infiltración hemorrágica. Se procede a su disección y apertura, con múltiples efracciones agrupadas con características de ser longitudinales, lineales, paralelas entre sí en número de 9 (nueve). Cuatro de ellas miden 12 centímetros de longitud y 0,7 cm de ancho máximo y cinco de ellas miden 3 cm con un ancho de 0,9 cm. Interés en el plano mucoso y submucoso. Se remite el estómago a estudio histopatológico. Toda el área está infiltrada por sangre como signo de vitalidad …”. (1)
Agregan los articulistas que “…Fuentes de la investigación tradujeron las lesiones del estómago “como si le hubiese pasado un rastrillo por dentro”. A su vez el esófago tenía las paredes muy debilitadas.”
Llamativamente, nada parece hacer referencia a lesiones inflamatorias significativas en otros órganos: hepático, anexos biliares, páncreas, etc.: (¿no hay hallazgos, o el periodismo no tuvo acceso suficiente a la documentación judicial?).
Resulta importantísimo destacar que el estómago fue remitido para “estudio histopatológico”. Debemos entender que se harán tomas específicas de las lesiones, a fin de hacer con ellas cortes seriados y montaje y tinciones para determinar si existía una patología preexistente, o si las efracciones de la mucosa y submucosa fueron contemporáneas con la endoscopía incriminada, y si en algún punto se produjeron perforaciones de la víscera que dejaron escapar el aire insuflado hacia la cavidad peritoneal. El razonamiento histopatológico es muy sencillo: si las lesiones eran preexistentes, los tejidos tuvieron tiempo de desarrollar fenómenos de granulación y proliferación celular tendientes a la cicatrización; de lo contrario, al traumatismo sucedió la muerte pocos minutos más tarde.
Ese estudio, en su forma básica, requiere una sencilla tinción de los cortes histológicos con hematoxilina-eosina, que permiten ver los tejidos en una gama de azules y rojo-rosados perfectamente idóneos para resolver la cuestión también elemental: si las lesiones fueron causadas en la Trinidad, y minutos antes de la muerte de Débora. Después, por supuesto, y a los fines más formales que esenciales, se harán tinciones tricrómicas, estudios histoquímicos e inmunohistológicos, etc., que descartarán alguna extrañísima enfermedad posible que tuviera la curiosísima tendencia a dejar rastros “como de un rastrillo” erosionando linearmente la mucosa gástrica. Aquel estudio primero y básico, hecho concienzudamente en un laboratorio anatomopatológico eficiente, no lleva más de 72 horas.
Cabe preguntarse: ¿por qué las partes habrán de esperar 30 días, extensibles a 45, para saber lo que con una simple tinción de hematoxilina-eosina pueden saber la semana próxima a más tardar…? ¿Por qué el procedimiento ha de congelar otras medidas probatorias que la experiencia demuestra que son esenciales en estos casos, y que es necesario machacarlas en caliente…? Son preguntas que seguramente se deben estar haciendo los abogados de por lo menos dos de las partes involucradas, a juzgar de algunas manifestaciones recogidas por la prensa. Porque, si las lesiones fueron contemporáneas a la endoscopía realizada en la Trinidad, ya cabría el inicio de alguna medida indagatoria, ¿no?…
En cuanto a los peritos intervinientes, seguramente que los hechos descriptos en la autopsia les ha hecho “tilín, tilín”, y les ha removido vivencias que todo médico con algunas décadas de vida hospitalaria ha tenido alguna vez. Yo creo que por lo menos alguno de ellos tiene “in pectore” una tesis que sin duda podría dar a este episodio un giro novelesco a lo Hércules Poirot.
Lástima que ese gran detective belga no pueda coexistir con las prácticas procesales de estas riberas del Plata.
continuará)…
NOTAS:
(1): “Pericia oficial: Débora Pérez Volpin murió por la endoscopía”, en clarin.com, 16/2/2018; “Los resultados de la autopsia de Débora Pérez Volpin vinculan la muerte con la endoscopía”, en lanacion.com, 16/2/2018 con firma de Evangelina Himitian y María Ayzaguer.
La prensa escrita reproduce párrafos cruciales del informe de autopsia realizada en la morgue judicial: “…El estómago contiene 10 mililitros de líquido mucoso – mucosa hiperémica. A nivel de la curvatura menor se observa infiltración hemorrágica. Se procede a su disección y apertura, con múltiples efracciones agrupadas con características de ser longitudinales, lineales, paralelas entre sí en número de 9 (nueve). Cuatro de ellas miden 12 centímetros de longitud y 0,7 cm de ancho máximo y cinco de ellas miden 3 cm con un ancho de 0,9 cm. Interés en el plano mucoso y submucoso. Se remite el estómago a estudio histopatológico. Toda el área está infiltrada por sangre como signo de vitalidad …”. (1)
Agregan los articulistas que “…Fuentes de la investigación tradujeron las lesiones del estómago “como si le hubiese pasado un rastrillo por dentro”. A su vez el esófago tenía las paredes muy debilitadas.”
Llamativamente, nada parece hacer referencia a lesiones inflamatorias significativas en otros órganos: hepático, anexos biliares, páncreas, etc.: (¿no hay hallazgos, o el periodismo no tuvo acceso suficiente a la documentación judicial?).
Resulta importantísimo destacar que el estómago fue remitido para “estudio histopatológico”. Debemos entender que se harán tomas específicas de las lesiones, a fin de hacer con ellas cortes seriados y montaje y tinciones para determinar si existía una patología preexistente, o si las efracciones de la mucosa y submucosa fueron contemporáneas con la endoscopía incriminada, y si en algún punto se produjeron perforaciones de la víscera que dejaron escapar el aire insuflado hacia la cavidad peritoneal. El razonamiento histopatológico es muy sencillo: si las lesiones eran preexistentes, los tejidos tuvieron tiempo de desarrollar fenómenos de granulación y proliferación celular tendientes a la cicatrización; de lo contrario, al traumatismo sucedió la muerte pocos minutos más tarde.
Ese estudio, en su forma básica, requiere una sencilla tinción de los cortes histológicos con hematoxilina-eosina, que permiten ver los tejidos en una gama de azules y rojo-rosados perfectamente idóneos para resolver la cuestión también elemental: si las lesiones fueron causadas en la Trinidad, y minutos antes de la muerte de Débora. Después, por supuesto, y a los fines más formales que esenciales, se harán tinciones tricrómicas, estudios histoquímicos e inmunohistológicos, etc., que descartarán alguna extrañísima enfermedad posible que tuviera la curiosísima tendencia a dejar rastros “como de un rastrillo” erosionando linearmente la mucosa gástrica. Aquel estudio primero y básico, hecho concienzudamente en un laboratorio anatomopatológico eficiente, no lleva más de 72 horas.
Cabe preguntarse: ¿por qué las partes habrán de esperar 30 días, extensibles a 45, para saber lo que con una simple tinción de hematoxilina-eosina pueden saber la semana próxima a más tardar…? ¿Por qué el procedimiento ha de congelar otras medidas probatorias que la experiencia demuestra que son esenciales en estos casos, y que es necesario machacarlas en caliente…? Son preguntas que seguramente se deben estar haciendo los abogados de por lo menos dos de las partes involucradas, a juzgar de algunas manifestaciones recogidas por la prensa. Porque, si las lesiones fueron contemporáneas a la endoscopía realizada en la Trinidad, ya cabría el inicio de alguna medida indagatoria, ¿no?…
En cuanto a los peritos intervinientes, seguramente que los hechos descriptos en la autopsia les ha hecho “tilín, tilín”, y les ha removido vivencias que todo médico con algunas décadas de vida hospitalaria ha tenido alguna vez. Yo creo que por lo menos alguno de ellos tiene “in pectore” una tesis que sin duda podría dar a este episodio un giro novelesco a lo Hércules Poirot.
Lástima que ese gran detective belga no pueda coexistir con las prácticas procesales de estas riberas del Plata.
continuará)…
NOTAS:
(1): “Pericia oficial: Débora Pérez Volpin murió por la endoscopía”, en clarin.com, 16/2/2018; “Los resultados de la autopsia de Débora Pérez Volpin vinculan la muerte con la endoscopía”, en lanacion.com, 16/2/2018 con firma de Evangelina Himitian y María Ayzaguer.