Estimados Colegas:
Muchísima gracias por sus palabras, me reconforta que no me hayan olvidado, no obstante como bien saben, siempre estoy con Udes. y actualizado de las novedades gracias a mi interlocutor, socio y amigo Sailaw.
Contrario sensu de lo que puedan imaginar, ayer fue realmente un día miércoles en mi vida, desde las 8 a.m. en que empecé dando clases a una comisión de alumnos con caras de velorio, pasando por una ronda interminable en Tribunales, un almuerzo fugaz, una tarde abarrotada de trabajo al punto de la desesperación, terminando a las 1 a.m. de hoy evitando telefónicamente que una comisión policial al mando de un inspector PFA. se llevara detenido a dos jóvenes por una riña callejera con matices dramáticos.
Como Udes, bien saben los abogados (expertos en el uso del lenguaje descriptivo, prescriptivo, operativo y emotivo) oficiamos (además de científicos y filósofos del Derecho que somos), de docentes, historiadores, sociólogos, estadistas, y hasta psicólogos.
Pero cuando oficiamos de psicólogos y logramos menguar o eliminar la desesperación, desesperanza y negatividad de quines nos convocan de defenderlos (Ad – Vocatus), nos cargamos nosotros mismos de toda esa negatividad, por eso es que necesitamos aunque solo sea por algunos minutos, tiempo distracción, relajación y felicidad.
Por suerte esos minutos de distracción, relajación y felicidad fueron de mi patrimonio en el día de ayer y se los resumo así:
a) Los 60 minutos en que me distraje con el almuerzo festivo que disfruté en el Bar Tokio con mi socio y amigo.
b) Los 90 minutos en que me relajé con la cena festiva que disfruté en mi casa junto a mi querida esposa y mi pequeño loro Floppy.
c) Los quizás 5 minutos de felicidad que me otorgó saber que esos dos muchachos que me convocaron pudieron ir a sus casas a dormir sin mayor novedad.
Sí queridos amigos, esos 155 minutos de paz contra 1.285 minutos de lucha es todo lo que necesitamos los togados para seguir en carrera en esta maravillosa profesión con que fuimos bendecidos.
Hasta la próxima con todo el cariño.
SENECA.