Frases de protocolo.
Buenas palabras y buenos modales, todas las puertas abren.
Ser educado cuando se habla y cuando se actúa es muy importante de cara a los demás. Las personas educadas suelen tener menos problemas para poder conseguir sus objetivos.
La vida puede vivirse de muchas maneras, pero no de cualquier manera.
Cualquier persona que vive en sociedad debe atenerse a unas reglas de comportamiento establecidas, para facilitar la convivencia entre la gente. Cuando se pierden estas reglas, los problemas de convivencia surgen y/o se agravan.
Obra de chapucero cuesta poco, pero vale menos.
Un favor mal hecho, una ayuda prestada de mala gana ... suelen hacerse de forma desinteresada pero su valor puede ser prácticamente nulo. Es mejor no ofrecerse a hacer algo por lo que no está dispuesto a poner ningún interés o para lo que no va a prestar la atención suficiente.
Cada cual hable de aquello que sabe, y de lo demás que calle.
En las conversaciones es mejor escuchar cuando no se sabe o no se domina el tema sobre el que se habla. Puede expresar su opinión de forma breve pero no es conveniente meterse en "jardines" de los que no puede salir, sino malparado.
Cada hijo de vecino tiene sus hechos por padrino.
Cada persona tiene un determinado "curriculum" que no es más que el certificado de sus obras y comportamientos. Se puede hablar o decir lo que se quiera, pero como dice el refrán, la realidad lo refrenda con hechos.
Carretera que bien empieza, con baches acaba.
La educación es una pieza fundamental en toda sociedad civilizada. Y aún asi, siendo educados hay problemas, que sería sin tener educación. Este refrán viene a decir algo parecido a este: "No tomes la mula coja pensando que sanará, pues si la sana cojea, la coja a saber que hará". Si todo el mundo recibe una buena educación y acaba por tener errores, que se puede esperar de alguien que de base ya no cuenta con una educación mínima.
Cortesía de palabra, o conquista o empalaga.
Todo en su justa medida. Las palabras pueden ser buenas o malas, en según que momentos. Cada palabra tiene su tiempo y su momento.
Costumbre hace la ley.
Una de las máximas del protocolo y la etiqueta, pieza fundamental en la que se basa. Las costumbres y tradiciones pueden, incluso, sobrepasar a ciertas normas o reglas, en determinados momentos y situaciones.
Cuenta el milagro, pero no digas el santo.
Viene a decir lo mismo que el refrán: "Se dice el pecado, pero no el pecador". Hay que ser discretos. Cuando se cuenta una anécdota e incluso algún pequeño secreto, no puede nunca revelar el autor del mismo. Lo podría dejar en evidencia, tanto a usted, por indiscreto, como al autor.