Bueno, antes de ponerte la soga al cuello, podrías haberla alentado... a que se fuera... 
Que no !!??? Yo estaba con la cuerda colgada del techo, y cuando amargamente me disponía a subir al banquito, los ruegos de mis hijos me convencieron !
eso sí...no se remonte tanto a los tiempos de Isidoro y el indio ese gordito que no recuerdo el nombre, que pone en evidencia la edad de unos cuantos por acá...
