Comparto con Uds. lo que redactó algún colega elocuente (a mi no me da para tanta rima):
ACOGE MI PRETENSIÓN Y SERÁ JUSTICIA
Sé que hay términos románticos para expresar las apetencias,
pero los únicos términos que conozco son los perentorios
que fenecen con el simple transcurso del tiempo,
y mi dominio del idioma reconoce restricciones y límites.
Así que no hay Gayo que cacaree mi canción, ni Ulpiano que toque mi melodía.
Sólo quiero notificarte que llegó la hora de que acojas mi pretensión.
Porque pese a que nos hemos VISTO muchas veces,
que nos hemos cruzado con nuestros AUTOS en varias esquinas,
Y CONSIDERANDO que siempre he querido incoar un proceso de conocimiento más profundo,
RESULTA que aún no hemos pasado de las diligencias preliminares.
Ya quiero tomar vista de todo tu expediente,
centímetro por centímetro, foja por foja, en un solo cuerpo.
Quiero liberarme de mis prendas y ponerlas a tus pies como garantía de mi amor.
Quiero ejercer contigo los actos de comercio, de intercambio de bienes y servicios.
Quiero colocar mi título en tu Bolsa.
Que tú seas el registro donde yo inscriba la marca de mi producto.
Quiero verificar mi crédito en tu quiebra.
Quiero ser parte, parte de ti por un momento.
Quiero unirme a ti en un vínculo estrecho con prestaciones recíprocas;
y llegar a un total avenimiento.
Y si debo referirme al ave, ni miento si declaro bajo juramento que no es chicana,
sino más bien medianera, pero con vocación de acrecer,
y será idónea para satisfacerte, ya que tengo poder suficiente.
No pretendo ser tu dueño. No quiero la propiedad de tu persona física,
sólo el usufructo ó un comodato, ó quizás una servidumbre de paso,
y sin ninguna intención de cometer injuria, manifiesto que hasta concertaría una locación
con tal de obtener el uso y goce temporal de esa cosa cierta.
Quiero navegar en tus aguas jurisdiccionales, fondear mi buque en tu puerto.
No temas, amor, peligro alguno, soy práctico y baqueano en el abordaje
y no sufrirás ninguna avería gruesa insusceptible de reparación integral.
Si tú consientes, te haré una quita del ropaje que encubre tu instrumento público (perdón, púbico … no quise ofender).
Constataré su existencia visible, y designaré la cosa demandada con toda exactitud.
Correré el velo societario para acceder al bien preciado.
Para ello, desiste de cualquier medida cautelar de no innovar y habilitemos días y horas
para concretar la vacua posesión de tu … de tu …, cómo decirlo… instrumento privado?
Produzcamos los actos conducentes para ir al fondo de la cuestión.
¡Basta de sanciones conminatorias! ¡Basta de medidas autosatisfactivas!
¡Basta de justicia por mano propia anhelando tu exhorto,
o quedaré manco munido! (o mancomunado …¡qué se yo!)
Sí ¡basta! So ¡basta! Su ¡basta!
Subasta tus encantos y yo seré el mejor postor.
Cancelaré mi deuda con besos y caricias en incremento constante,
que se capitalizarán día a día como lo hice con Ana Tocismo.
Si me pides la luna, la bajaré, si me pides estrellas con ellas te pagaré.
Pagaré, letra de cambio, cheque, factura conformada, lo que prefieras,
ya que nunca aprendí bien las diferencias.
Sin embargo, sí, sin embargo, sin secuestro y sin remate
te constituirás depositaria de mi órgano competente.
Conciliemos, transemos, homo(y mujer)loguemos,
que nuestros cuerpos ciertos se confundan y me hagas tuyo por accesión.
Sí, ya sé que quieres respaldo documental, pero comprende que quiero evitar la casación,
a la que solo acudiré como recurso extraordinario, previa queja, como última instancia.
Por favor, no me vengas con excusas dilatorias ni con excepciones,
ni me reconvengas con una acción negatoria.
Allánate a mis pretensiones, abre tu causa para mí, a prueba por supuesto,
y yo me haré cargo de las costas, de los gastos, de la tasa, del peaje y del turno,
y prestaré caución juratoria de comportarme como un buen paterfamilias
si por alguna contingencia inesperada se suscitara un incidente embarazoso.
Provéeme de conformidad o perderé el juicio y la razón dejará de asistirme.
Dime si hay algún impedimento dirimente ó alguna oposición a la consumación del acto.
Dime la verdad, la verdad jurídica objetiva.
Y dame tu consentimiento, aunque esté viciado,
ya que a los fines que persigo ello deviene irrelevante.
Otórgame una prueba anticipada de tu amor, y mi pasión por ti no prescribirá jamás.
Creo que este pronunciamiento no requiere aclaratoria y es irrecurrible.
Te espero esta noche, en horas inhábiles, en mi domicilio real,
o si lo decides, vayamos a uno especial.
.
ACOGE MI PRETENSIÓN Y SERÁ JUSTICIA
Sé que hay términos románticos para expresar las apetencias,
pero los únicos términos que conozco son los perentorios
que fenecen con el simple transcurso del tiempo,
y mi dominio del idioma reconoce restricciones y límites.
Así que no hay Gayo que cacaree mi canción, ni Ulpiano que toque mi melodía.
Sólo quiero notificarte que llegó la hora de que acojas mi pretensión.
Porque pese a que nos hemos VISTO muchas veces,
que nos hemos cruzado con nuestros AUTOS en varias esquinas,
Y CONSIDERANDO que siempre he querido incoar un proceso de conocimiento más profundo,
RESULTA que aún no hemos pasado de las diligencias preliminares.
Ya quiero tomar vista de todo tu expediente,
centímetro por centímetro, foja por foja, en un solo cuerpo.
Quiero liberarme de mis prendas y ponerlas a tus pies como garantía de mi amor.
Quiero ejercer contigo los actos de comercio, de intercambio de bienes y servicios.
Quiero colocar mi título en tu Bolsa.
Que tú seas el registro donde yo inscriba la marca de mi producto.
Quiero verificar mi crédito en tu quiebra.
Quiero ser parte, parte de ti por un momento.
Quiero unirme a ti en un vínculo estrecho con prestaciones recíprocas;
y llegar a un total avenimiento.
Y si debo referirme al ave, ni miento si declaro bajo juramento que no es chicana,
sino más bien medianera, pero con vocación de acrecer,
y será idónea para satisfacerte, ya que tengo poder suficiente.
No pretendo ser tu dueño. No quiero la propiedad de tu persona física,
sólo el usufructo ó un comodato, ó quizás una servidumbre de paso,
y sin ninguna intención de cometer injuria, manifiesto que hasta concertaría una locación
con tal de obtener el uso y goce temporal de esa cosa cierta.
Quiero navegar en tus aguas jurisdiccionales, fondear mi buque en tu puerto.
No temas, amor, peligro alguno, soy práctico y baqueano en el abordaje
y no sufrirás ninguna avería gruesa insusceptible de reparación integral.
Si tú consientes, te haré una quita del ropaje que encubre tu instrumento público (perdón, púbico … no quise ofender).
Constataré su existencia visible, y designaré la cosa demandada con toda exactitud.
Correré el velo societario para acceder al bien preciado.
Para ello, desiste de cualquier medida cautelar de no innovar y habilitemos días y horas
para concretar la vacua posesión de tu … de tu …, cómo decirlo… instrumento privado?
Produzcamos los actos conducentes para ir al fondo de la cuestión.
¡Basta de sanciones conminatorias! ¡Basta de medidas autosatisfactivas!
¡Basta de justicia por mano propia anhelando tu exhorto,
o quedaré manco munido! (o mancomunado …¡qué se yo!)
Sí ¡basta! So ¡basta! Su ¡basta!
Subasta tus encantos y yo seré el mejor postor.
Cancelaré mi deuda con besos y caricias en incremento constante,
que se capitalizarán día a día como lo hice con Ana Tocismo.
Si me pides la luna, la bajaré, si me pides estrellas con ellas te pagaré.
Pagaré, letra de cambio, cheque, factura conformada, lo que prefieras,
ya que nunca aprendí bien las diferencias.
Sin embargo, sí, sin embargo, sin secuestro y sin remate
te constituirás depositaria de mi órgano competente.
Conciliemos, transemos, homo(y mujer)loguemos,
que nuestros cuerpos ciertos se confundan y me hagas tuyo por accesión.
Sí, ya sé que quieres respaldo documental, pero comprende que quiero evitar la casación,
a la que solo acudiré como recurso extraordinario, previa queja, como última instancia.
Por favor, no me vengas con excusas dilatorias ni con excepciones,
ni me reconvengas con una acción negatoria.
Allánate a mis pretensiones, abre tu causa para mí, a prueba por supuesto,
y yo me haré cargo de las costas, de los gastos, de la tasa, del peaje y del turno,
y prestaré caución juratoria de comportarme como un buen paterfamilias
si por alguna contingencia inesperada se suscitara un incidente embarazoso.
Provéeme de conformidad o perderé el juicio y la razón dejará de asistirme.
Dime si hay algún impedimento dirimente ó alguna oposición a la consumación del acto.
Dime la verdad, la verdad jurídica objetiva.
Y dame tu consentimiento, aunque esté viciado,
ya que a los fines que persigo ello deviene irrelevante.
Otórgame una prueba anticipada de tu amor, y mi pasión por ti no prescribirá jamás.
Creo que este pronunciamiento no requiere aclaratoria y es irrecurrible.
Te espero esta noche, en horas inhábiles, en mi domicilio real,
o si lo decides, vayamos a uno especial.
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