A ver qué les parece: un cliente viene muy enojado porque en marzo/07 desde la empresa les informaron que la obra social con la cual tenían un pool de prestaciones dejó de tener ese convenio, así que los convencieron a todos para que se pasaran a otra que al parecer sí había accedido a celebrar con la empresa este tipo de acuerdo. Así las cosas, el jefe de personal los llevó personalmente en grupos para firmar la alta en la nueva prepaga. Hasta aquí todo bien, hasta que meses después quiere usar su obra social nueva y se entera de que no estaban llegando sus aportes. Cuando hace una averiguación del por qué, se entera que nunca firmó la baja de la anterior obra social, y alega que el jefe de personal le presentó al otro grupo de compañeros el formulario para la baja, no así a él (y a él no se le ocurrió que debía hacerlo por su cuenta). En definitiva, sus aportes fueron a la anterior obra social que no usó, y la nueva que usó (tuvo que internarse en el interin) nunca los recibió, por lo que ahora le está reclamando una suma cercana a los $2000 (entre cuotas e intereses). El cliente está muy enojado con el jefe de personal, dice que debería haberle presentado a la firma ese escrito de baja, pero la duda me surge porque no hay nada que yo conozca que obligue a la empresa a realizar ese tipo de trámites de afiliación y desafiliación de obras sociales prepagas. El cliente quiere reclamar a su empresa que abone ese dinero por considerarlo generado por la no presentación de los papeles a la firma por parte del jefe de personal ("no me avisó", "no me dijo nada y a los otros compañeros sí"). Yo creo que no hay demasiada vuelta para darle, va a tener que pagar. SE me ocurre que podría aplicarse la teoría de la apariencia para imputarles (porque al resto de los compañeros sí se les hizo todo el trámite de afiliación-desafiliación desde la empresa), pero no lo veo muy claro. Qué les parece? Saludos!
El Derecho es una ciencia; la abogacía, un arte; la Justicia, una religión.