Luego de una prolongada ausencia vuelvo a terminar lo que empece...
Para los colegas bonaerenses, recordan en sus libros de lectura de Kapeluz de 2 grado, habia un extenso cuento llamado Mirandolina aprende a reir (extenso, para los cortos, inocentes y alegres 7 u 8 años de edad, clara está!). Mi sobrino en un verano, por razones que aún no alcanzo a comprender..., lo lei una y otra vez en voz alta. Claro que conociendo a mi hermana, y más aún a nuestra madre, de la cual ella era una digna hija, no debía extrañarme el castigo impuesto a mi sobrino. (Pero la mayor duda es: ¿o mi hermana no tiene memoria de los castigos impuestos por nuestra madre? O en realidad yo no aprendí a darme cuenta que mi madre tenia razón. Lo cierto es que, cual gota que cae lenta pero sucesivamente sobre mi cabeza, mi sobrino leia una y otra vez ese cuento. Para no aburrirlos transcribiendo el cuento, que puedo transcribir casi de memoria, lo resumire como sigue.
Mirandolina era una especie de luciana Zalazar la cual no habia descubierto las alternativas económicas que el medio televisivo le proporciona a una mina ... "que es linda". Y digo "linda" para no escribir epitetos obscenos (valga la redundancia con los propios terminos "epitetos" y "obscenos"). En fin... era rubia, carita de barbie, pero no conocia la riza. Los compañeros de curso,- sobretodo los varones- querian dibujarle un sonrisa-. (entre otras cosas, que se le ocurre a los adolescentes, pero que los escritores suelen no reflejar en los cuentos para chicos). Desconociendo totalmente el trauma que subyacia en el inconciente de Mirandolina, sus compañeros hicieron una especie de justicia por mano propia, y en resumidas cuentas la hicieron reir. Ella rio y al parecer continuo el resto de sus vida feliz. Al menos, eso es lo que dice el cuento. Como todo cuento. Bastaría pensar en el Principe y la Cenicienta el dia despues que pusieron el gancho en el civil. Cuando la cenicienta se desperto despeinada, con aliento a tigre y los ojos hinchados.
Uds., al igual que yo, no recordaran a colación de que viene esto. Pero les recuerdo que la Sra. Z", puesta para atender el box de abogados no tenia expresiones semejantes a las humanas. Hasta que un día...
Bueno estoy un poco oxidado y sin muchas motivaciones... pero valga esta introduccion para continuar y terminar el deshago con humor.
buena jornada para todos
Para los colegas bonaerenses, recordan en sus libros de lectura de Kapeluz de 2 grado, habia un extenso cuento llamado Mirandolina aprende a reir (extenso, para los cortos, inocentes y alegres 7 u 8 años de edad, clara está!). Mi sobrino en un verano, por razones que aún no alcanzo a comprender..., lo lei una y otra vez en voz alta. Claro que conociendo a mi hermana, y más aún a nuestra madre, de la cual ella era una digna hija, no debía extrañarme el castigo impuesto a mi sobrino. (Pero la mayor duda es: ¿o mi hermana no tiene memoria de los castigos impuestos por nuestra madre? O en realidad yo no aprendí a darme cuenta que mi madre tenia razón. Lo cierto es que, cual gota que cae lenta pero sucesivamente sobre mi cabeza, mi sobrino leia una y otra vez ese cuento. Para no aburrirlos transcribiendo el cuento, que puedo transcribir casi de memoria, lo resumire como sigue.
Mirandolina era una especie de luciana Zalazar la cual no habia descubierto las alternativas económicas que el medio televisivo le proporciona a una mina ... "que es linda". Y digo "linda" para no escribir epitetos obscenos (valga la redundancia con los propios terminos "epitetos" y "obscenos"). En fin... era rubia, carita de barbie, pero no conocia la riza. Los compañeros de curso,- sobretodo los varones- querian dibujarle un sonrisa-. (entre otras cosas, que se le ocurre a los adolescentes, pero que los escritores suelen no reflejar en los cuentos para chicos). Desconociendo totalmente el trauma que subyacia en el inconciente de Mirandolina, sus compañeros hicieron una especie de justicia por mano propia, y en resumidas cuentas la hicieron reir. Ella rio y al parecer continuo el resto de sus vida feliz. Al menos, eso es lo que dice el cuento. Como todo cuento. Bastaría pensar en el Principe y la Cenicienta el dia despues que pusieron el gancho en el civil. Cuando la cenicienta se desperto despeinada, con aliento a tigre y los ojos hinchados.
Uds., al igual que yo, no recordaran a colación de que viene esto. Pero les recuerdo que la Sra. Z", puesta para atender el box de abogados no tenia expresiones semejantes a las humanas. Hasta que un día...
Bueno estoy un poco oxidado y sin muchas motivaciones... pero valga esta introduccion para continuar y terminar el deshago con humor.
buena jornada para todos
