Hace un par de días no me pude callar, y aunque por lo general solo saco mi genio cuando estoy defendiendo a uno de mis clientes, hay veces que no puedo tener el pico cerrado y tuve que hablarle bien claro al barista al que suelo ir a desayunar por las mañanas, puesto que cuando le pido un vaso de agua siempre me lo da con muchas marchas de cal o simplemente que no está bien limpio, algo que me da bastante asco. Es cierto que la comida que pone, el mollete con jamón y el café está delicioso, pero los vasos ya podrían comprar un buen lavavasos porque de lo contrario va a perder no uno, sino muchos clientes puesto que lo pondré en boca de todo el mundo.