He observado curas de distintas iglesias que no atienden al publico, se los ve hasta con barbijos. ¿Quieren tanto a Dios que se aferran a la vida para no verlo en persona? Cuanta hipocresía, nos saquean por todos lados, hasta cuando vamos a misa cuando el cura que cobra un sueldo del Estado nos tira la gorra para la limosna. Todo es negocio, desde la religión hasta la democracia.