Jorge, el del Kiosquito.
Puso la llave en la cerradura, la abrió, luego la puerta y entró, estaba todo en desorden, pensó que era normal en él.
Acomodó un poco, tiró los restos de comida que habia en el living, y lavó los vasos, luego se sentó en el sillón, prendiò la televisión, pasó los canales, y con una mueca de fastídio la apagó.
No dejaba de resonar en su cabeza la última canción que esa mujer le dedicó http://www.youtube.com/watch?v=yoWtBVTTZj8
Había estado la noche anterior en un boliche de la calle San Martín´.
Un antro sórdido plagado de mujerzuelas y habitues de la noche porteña.Solitarios hombrecitos y cincuentones que vestían trajes negros con corbatas arrasadas y zapatos blancos, algunos, o charolados otros.
Era la primera vez que pisaba un lugar asi.Tomó un trago y conversó con una acompañante circunstancial a quien invitó con una copa.
Y terminó al día siguiente despertando en un alojamiento, solo, la mujer se había ido, y con ella su billetera, con el problema que se le plantearía cuando tuviera que pagar la pernoctada-
Salió de la sórdida habitación y en la conserjería dejó su reloj como garantía, prometiendo volver por él, más aún cuando era lo último que le quedaba de Julia.
Abrió la puerta del alojamiento y salió a la luz del sol y empezó a patear, desvencijado, las larguisímas cuadras hasta su lejano hogar.
Jorge era un muchacho sin demasiadas ambiciones, actitud que sus padres siempre le reprochaban.
Había comenzado ingeniería, pero el día del primer exámen rodó por las escaleras fracturandose una pierna. Eso hizo que desistiera.
Luego con un amigo de la primaria puso una casa de alquiler de videos.
Fueron asaltados y se disolvió la sociedad.
Desde entonces manejaba por las mañanas el kiosco de sus padres, quienes ya resiganados se conformaban con pensar que si se casaba , cambiaría.
Esa mañana el departamento le parecía extremadamente solitario y triste.
Decidió prepararse un café antes de salir hacia el kiosco y así reemplazar a Gastón , el chico que estaba por las noches.
En ese momento sono el celular.
Lo llamaban de una comisaría informandole que debía presentarse inmediatamente en la seccional, ya que una señorita de dudosa traza tenía documentación suya y debía reconocerla .
Inmediatamente colgó y con absoluto descontento se dirigió a la comisaria.
Ya alli le hicieron entrega de sus documentos y le indicaron pasar a una pequeña habitación en la que estaba sentada una mujer delgada que fumaba.
El oficil le preguntó si la conocía y si había pasado la noche con él.
En ese instante se debatió entre el si y la negativa.
Qué podría ganar si la acusaba de sustraerle la billetera?
Optó por decir que no la conocía pero que le agradecía que al haber encontrado sus documentos los hubiese guardado y entergado a las autoridades.
Sin más palabras salió con el oficial rumbo a la sala de guardia.
Fue alli donde el policia expresó:-"Menudo lió tiene esta mina, tenía como coartada el haber estado con Ud. durante la noche........".
-Perdón, respondió asombrado Jorge.
-De que lio me habla?
-Aparentemente mató a un tipo anoche, le contestó.
Jorge cayó en la cuenta del terrible error en el que había caído.
Pero sintió temor en cambiar sus dichos.
Decidió hablar con el abogado de sus padres.
El sabía que estaba mandando al muere e esta mujer.
Que había mentido por no comprometerla , pero jamás imaginó este desenlace.
Se fue caminando lentamente ,preocupado ,pensando en lo que le dirian sus padres cuando les pidiera el telefono del abogado.
Que explicacion daría esta vez frente a la pregunta de ellos : ¿en que lio estas metido ahora ,para que necesitas el t.e del dr.Gonzalez?.
Se sonrojo sin tener respuestas y apuro el paso.
Volteo la cabeza hacia atrás una y otra vez buscando la presencia protectora de Julia .
Ella había sido su tía más querida, quien lo había mimado y cuidado.
Era una pesona de carácter dominante pero tierna con él.
Fue la que en sus últimos momentos le entregó el reloj que dejó en el albergue transitorio.
Siempre recordaba la frase con la que lo despidió:- "Guardalo , alguna vez te va a servir"
Llamó al abogado . Este le respondió que no se preocupara y lo citó para el martes, pero era sábado y él estaba en el sillon de siempre como siempre, triste y solo.
Pasados los 10 minutos de cortar el teléfono todo se veía igual, recordó a esa chica y suspiró.La noche le carcomia la cabeza mientras caminaba por su habitacion, pero cuando sentado en el suelo con las rodillas en alto y sus brazos cruzados apoyados sobre aquellas acomodaban su cabeza casi a punto de caer en sueño, sonó nuevamente el teléfono; era su mejor amigo, preguntandole si tenía algún lugar para salir.
Pensó muchas cosas antes de contestar, pero él ya sabía la respuesta. Quería volver al lugar donde habia conocido a la chica, era una peligrosa idea, y eso en el fondo lo fascinaba.
Su amigo, engañado, nunca supo del suceso, y una vez en el club se dirigió directamente a la barra, donde pidió un wisky doble, queria sacarle información al barman mientras Sergio se desvanecia en la multitud.
Jorge empezó a hablar con el barman, mientras fumaba y bebía lentamente su whisky, tratando de tomar valor para hacer la pregunta fatal. Quién era la mujer detenida?.
Le comentó que había estado la noche anterior y que conoció a una mujer morocha, de pelo largo y con un vestido escotado rojo. El Barman le contestó que era Bárbara, una nueva chica que hacía poco había comenzado a concurrir al local y que le llamaba la atención que hasta ese momento no hubiese llegado, que quizás estuviese enferma.
Jorge sabedor de la verdad, no atinaba a reaccionar .
Debía o no revelarle lo que sabía ?
Jorge comenzó a sentir algo raro en él,un compromiso para con esa mujer, la necesidad de tomar una decisión , de actuar por primera vez como un adulto.
Es así que le entregó los pocos pesos que le quedaban al camarero y obtuvo más información sobre Bárbara, así como su dirección.
No hay nada que la plata no compre, se dijo a si mismo mientras el muchacho le anotaba en una servilleta la calle.
Una vez que se hiciera de los datos de la misteriosa y cruel mujer, encendió su vigésimo quinto cigarrillo y moviendo circularmente el vaso de esa bebida que lo perdía, se dedicó a reflexionar y a disfrutar de las eróticas danzas de la bellas mujeres.
La actitud de Jorge había cambiado, más no su deseo irrefrenable por las señoritas que dibujaban hermosas figuras en un caño. Poseído por la ira, tanteó en su bolsillo derecho y solo encontró pelusas, unas pocas monedas y la servilleta con los datos de Bárbara, con más resignación que bronca llevó su mano al bolsillo trasero de su harapiento pantalón, encontrando un billete de cien. Inmediatamente, recordó que ese dinero estaba destinado a la cancelación de la deuda con el proveedor de cigarrillos del comercio de sus padres, más la tentación y la necesidad por reemplazar el efímero amor de Bárbara, con aquella señorita de cabellos cobrizos y esbelta figura, fue un reto imposible de sortear para el pobre Jorge.
Indefectiblemente, sabía que la única forma de olvidar su desventura era perderse en el cuerpo de esa mujer, aunque ello significara faltar a su moral y que el sentimiento de culpa lo invadiera
Hizo caso omiso a sus sentimientos y escrúpulos y encaró a la señorita de cabellos cobrizos y esbelta figura, Sabrina, y la llevó, como la noche anterior había llevado a Bárbara, al mismo albergue transitorio. Sabrina quiso empezar con jueguitos sexuales, Jorge quiso responder pero de pronto sintió como un fuego que le sacudía la cabeza, se sentó en la única silla desvencijada de la habitación mientras de su boca salían las palabras, sin poder dominarse:
-"Decime, quién es Bárbara????? A quíen mató???
Sabrina se recosto en el respaldo de la cama y le respodió-
-Es una advenediza, se cree superior a todas,y mira como terminó, matando a un cliente del bar.
Era un viejo que venía todas las noches. No molestaba a nadie, pero a veces se zarpaba con alguna chica y no quería pagar ni un trago, pero para matarlo.........., eso si que no!!!.
La palabras de Sabrina denotaban un rencor inusitado. Eso hizo que Jorge se apiadara aún más por la suerte perra de Bárbara.
El, que nunca había tomado decisiones acertadas, que siempre evadía los problemas por más infimos que fueran y que huía de toda responsabilidad, decidió comenzar a actuar.
Sabía que la única prueba de que había estado Barbara con él esa noche, era el reloj que había dejado en el hotel.
Se dirigió hacia el albergue y se aseguró de que el encargado aún lo conservara.
Le pidió encarecidamente que por favor lo esperara unas horas asegurándole que traería el dinero.
Si lo retiraba la prueba se vería sólo apoyada por el testimonio del viejo encargado.
Las cuadras que lo separaban de la comisaría las recorrió de prisa.
Resuelto a contar la verdad se apersonó al oficial de guardia a quien expuso lo sucedido.
De inmediato se hizo presente el Comisario quien le manifestó que Bárbara se había retirado ya que habían detendio al verdadero homicida quien había confesado el delito.
De este suceso ya han pasado 2 años.
Jamás volvió a ver a Bárbara, a pesar de haber ido en varias oportunidades al local y a la dirección que el barman le había dado.
Hoy tiene un negocio mayorista de golosinas y le ha prometido firmemente a su flamante esposa que retomará sus estudios.
Sabrina asciente con la cabeza a sabiendas de que realmente será así.
Autores.-
Sailaw
Doncella de Orleans
Clauidiarf
Silviasandra
Matiastorres
Dr8
Usuario/lila
Puso la llave en la cerradura, la abrió, luego la puerta y entró, estaba todo en desorden, pensó que era normal en él.
Acomodó un poco, tiró los restos de comida que habia en el living, y lavó los vasos, luego se sentó en el sillón, prendiò la televisión, pasó los canales, y con una mueca de fastídio la apagó.
No dejaba de resonar en su cabeza la última canción que esa mujer le dedicó http://www.youtube.com/watch?v=yoWtBVTTZj8
Había estado la noche anterior en un boliche de la calle San Martín´.
Un antro sórdido plagado de mujerzuelas y habitues de la noche porteña.Solitarios hombrecitos y cincuentones que vestían trajes negros con corbatas arrasadas y zapatos blancos, algunos, o charolados otros.
Era la primera vez que pisaba un lugar asi.Tomó un trago y conversó con una acompañante circunstancial a quien invitó con una copa.
Y terminó al día siguiente despertando en un alojamiento, solo, la mujer se había ido, y con ella su billetera, con el problema que se le plantearía cuando tuviera que pagar la pernoctada-
Salió de la sórdida habitación y en la conserjería dejó su reloj como garantía, prometiendo volver por él, más aún cuando era lo último que le quedaba de Julia.
Abrió la puerta del alojamiento y salió a la luz del sol y empezó a patear, desvencijado, las larguisímas cuadras hasta su lejano hogar.
Jorge era un muchacho sin demasiadas ambiciones, actitud que sus padres siempre le reprochaban.
Había comenzado ingeniería, pero el día del primer exámen rodó por las escaleras fracturandose una pierna. Eso hizo que desistiera.
Luego con un amigo de la primaria puso una casa de alquiler de videos.
Fueron asaltados y se disolvió la sociedad.
Desde entonces manejaba por las mañanas el kiosco de sus padres, quienes ya resiganados se conformaban con pensar que si se casaba , cambiaría.
Esa mañana el departamento le parecía extremadamente solitario y triste.
Decidió prepararse un café antes de salir hacia el kiosco y así reemplazar a Gastón , el chico que estaba por las noches.
En ese momento sono el celular.
Lo llamaban de una comisaría informandole que debía presentarse inmediatamente en la seccional, ya que una señorita de dudosa traza tenía documentación suya y debía reconocerla .
Inmediatamente colgó y con absoluto descontento se dirigió a la comisaria.
Ya alli le hicieron entrega de sus documentos y le indicaron pasar a una pequeña habitación en la que estaba sentada una mujer delgada que fumaba.
El oficil le preguntó si la conocía y si había pasado la noche con él.
En ese instante se debatió entre el si y la negativa.
Qué podría ganar si la acusaba de sustraerle la billetera?
Optó por decir que no la conocía pero que le agradecía que al haber encontrado sus documentos los hubiese guardado y entergado a las autoridades.
Sin más palabras salió con el oficial rumbo a la sala de guardia.
Fue alli donde el policia expresó:-"Menudo lió tiene esta mina, tenía como coartada el haber estado con Ud. durante la noche........".
-Perdón, respondió asombrado Jorge.
-De que lio me habla?
-Aparentemente mató a un tipo anoche, le contestó.
Jorge cayó en la cuenta del terrible error en el que había caído.
Pero sintió temor en cambiar sus dichos.
Decidió hablar con el abogado de sus padres.
El sabía que estaba mandando al muere e esta mujer.
Que había mentido por no comprometerla , pero jamás imaginó este desenlace.
Se fue caminando lentamente ,preocupado ,pensando en lo que le dirian sus padres cuando les pidiera el telefono del abogado.
Que explicacion daría esta vez frente a la pregunta de ellos : ¿en que lio estas metido ahora ,para que necesitas el t.e del dr.Gonzalez?.
Se sonrojo sin tener respuestas y apuro el paso.
Volteo la cabeza hacia atrás una y otra vez buscando la presencia protectora de Julia .
Ella había sido su tía más querida, quien lo había mimado y cuidado.
Era una pesona de carácter dominante pero tierna con él.
Fue la que en sus últimos momentos le entregó el reloj que dejó en el albergue transitorio.
Siempre recordaba la frase con la que lo despidió:- "Guardalo , alguna vez te va a servir"
Llamó al abogado . Este le respondió que no se preocupara y lo citó para el martes, pero era sábado y él estaba en el sillon de siempre como siempre, triste y solo.
Pasados los 10 minutos de cortar el teléfono todo se veía igual, recordó a esa chica y suspiró.La noche le carcomia la cabeza mientras caminaba por su habitacion, pero cuando sentado en el suelo con las rodillas en alto y sus brazos cruzados apoyados sobre aquellas acomodaban su cabeza casi a punto de caer en sueño, sonó nuevamente el teléfono; era su mejor amigo, preguntandole si tenía algún lugar para salir.
Pensó muchas cosas antes de contestar, pero él ya sabía la respuesta. Quería volver al lugar donde habia conocido a la chica, era una peligrosa idea, y eso en el fondo lo fascinaba.
Su amigo, engañado, nunca supo del suceso, y una vez en el club se dirigió directamente a la barra, donde pidió un wisky doble, queria sacarle información al barman mientras Sergio se desvanecia en la multitud.
Jorge empezó a hablar con el barman, mientras fumaba y bebía lentamente su whisky, tratando de tomar valor para hacer la pregunta fatal. Quién era la mujer detenida?.
Le comentó que había estado la noche anterior y que conoció a una mujer morocha, de pelo largo y con un vestido escotado rojo. El Barman le contestó que era Bárbara, una nueva chica que hacía poco había comenzado a concurrir al local y que le llamaba la atención que hasta ese momento no hubiese llegado, que quizás estuviese enferma.
Jorge sabedor de la verdad, no atinaba a reaccionar .
Debía o no revelarle lo que sabía ?
Jorge comenzó a sentir algo raro en él,un compromiso para con esa mujer, la necesidad de tomar una decisión , de actuar por primera vez como un adulto.
Es así que le entregó los pocos pesos que le quedaban al camarero y obtuvo más información sobre Bárbara, así como su dirección.
No hay nada que la plata no compre, se dijo a si mismo mientras el muchacho le anotaba en una servilleta la calle.
Una vez que se hiciera de los datos de la misteriosa y cruel mujer, encendió su vigésimo quinto cigarrillo y moviendo circularmente el vaso de esa bebida que lo perdía, se dedicó a reflexionar y a disfrutar de las eróticas danzas de la bellas mujeres.
La actitud de Jorge había cambiado, más no su deseo irrefrenable por las señoritas que dibujaban hermosas figuras en un caño. Poseído por la ira, tanteó en su bolsillo derecho y solo encontró pelusas, unas pocas monedas y la servilleta con los datos de Bárbara, con más resignación que bronca llevó su mano al bolsillo trasero de su harapiento pantalón, encontrando un billete de cien. Inmediatamente, recordó que ese dinero estaba destinado a la cancelación de la deuda con el proveedor de cigarrillos del comercio de sus padres, más la tentación y la necesidad por reemplazar el efímero amor de Bárbara, con aquella señorita de cabellos cobrizos y esbelta figura, fue un reto imposible de sortear para el pobre Jorge.
Indefectiblemente, sabía que la única forma de olvidar su desventura era perderse en el cuerpo de esa mujer, aunque ello significara faltar a su moral y que el sentimiento de culpa lo invadiera
Hizo caso omiso a sus sentimientos y escrúpulos y encaró a la señorita de cabellos cobrizos y esbelta figura, Sabrina, y la llevó, como la noche anterior había llevado a Bárbara, al mismo albergue transitorio. Sabrina quiso empezar con jueguitos sexuales, Jorge quiso responder pero de pronto sintió como un fuego que le sacudía la cabeza, se sentó en la única silla desvencijada de la habitación mientras de su boca salían las palabras, sin poder dominarse:
-"Decime, quién es Bárbara????? A quíen mató???
Sabrina se recosto en el respaldo de la cama y le respodió-
-Es una advenediza, se cree superior a todas,y mira como terminó, matando a un cliente del bar.
Era un viejo que venía todas las noches. No molestaba a nadie, pero a veces se zarpaba con alguna chica y no quería pagar ni un trago, pero para matarlo.........., eso si que no!!!.
La palabras de Sabrina denotaban un rencor inusitado. Eso hizo que Jorge se apiadara aún más por la suerte perra de Bárbara.
El, que nunca había tomado decisiones acertadas, que siempre evadía los problemas por más infimos que fueran y que huía de toda responsabilidad, decidió comenzar a actuar.
Sabía que la única prueba de que había estado Barbara con él esa noche, era el reloj que había dejado en el hotel.
Se dirigió hacia el albergue y se aseguró de que el encargado aún lo conservara.
Le pidió encarecidamente que por favor lo esperara unas horas asegurándole que traería el dinero.
Si lo retiraba la prueba se vería sólo apoyada por el testimonio del viejo encargado.
Las cuadras que lo separaban de la comisaría las recorrió de prisa.
Resuelto a contar la verdad se apersonó al oficial de guardia a quien expuso lo sucedido.
De inmediato se hizo presente el Comisario quien le manifestó que Bárbara se había retirado ya que habían detendio al verdadero homicida quien había confesado el delito.
De este suceso ya han pasado 2 años.
Jamás volvió a ver a Bárbara, a pesar de haber ido en varias oportunidades al local y a la dirección que el barman le había dado.
Hoy tiene un negocio mayorista de golosinas y le ha prometido firmemente a su flamante esposa que retomará sus estudios.
Sabrina asciente con la cabeza a sabiendas de que realmente será así.
Autores.-
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Última edición por usuario el Jue, 29 May 2008, 09:53, editado 1 vez en total.