A la gente le encanta recomendar doctores. No sé donde salió esa moda, esa cosa, esa costumbre, pero te recomiendan doctores. “¿Es bueno? “Es el mejor. Este tipo es el mejor” No puede haber tantos “mejores”. Alguien se debe de haber graduado último en medicina. ¿Dónde están esos doctores? Nadie dice eso “Debés ver a mi doctor. Es el peor. Es absolutamente el peor. Sea lo que sea lo que tengás, va a ser peor si lo visitas a él. Es un verdadero carnicero”
Y cuando alguien te recomienda un doctor te dicen “Acordate de decirle que me conocés a mi” ¿Porqué? ¿Cuál es la diferencia? Él es un doctor. “Oh, ¿vos conocés a Bob?. Oh, oki, entonces te voy a dar las pastillas posta, el medicamento real. A todos los demás les estoy dando Tic Tacs”
Y si hay algo que es genial es la sala de espera, donde te sentás ahí con tu pequeña revistita, y pretendés que la estás leyendo, pero en realidad, estás mirando a las otras personas que están ahí “Me pregunto que tendrá él. Se vé que tiene algo en la cara ¿Será por eso que viene? ¿Tendrá Sida?” Y cuando te llamán, cuando mencionan tu nombre, te sentís importante. Te parás, te ajustás el pantalón, mirás a todos los demás, y decís “Bueno, parece que me eligieron...y voy a estar muuuucho tiempo ahí dentro”
Las horas con los psicólogos duran entre cuarenta y cincuenta minutos. ¿No es que eran horas? No entiendo. Pasa que se pasan cincuenta minutos hablando con vos y los otros diez restantes, se quedán criticandote con la secretaria “No, este tipo está loco ¿Viste lo que dijo? Ah, no sabés lo que dijo. Ni te imaginas. A ver quien viene ahora. ¡Uh, este está más loco todavía!”
Yo he ido en varias oportunidades al psicólogo pero no tenía temas de que hablar, y pareciera que tenés que tener problemas para ir al psicólogo, que es obligatorio que te haya ocurrido algún quilombo en la semana “Perdone, señorita, que la hago perder el tiempo, pero esta semana no me pasó nada. Lamento que no me haya atropellado el camión, ni me haya dejado mi novia, ni me haya peleado con mi mejor amigo, ni me hayan pescado macheteándome en la prueba de historia. Realmente lo lamento, pero no me pasó nada. Esta fue una semana vacia, asi que no puedo alimentar sus ganas de que yo tenga un problema” “Yo quiero que usted se sienta bien, no quiero que le pase nada” “Entonces esta fue una semana perfecta” “Bueno, pero de algo tenemos que hablar” “¿Le gusta el futbol, psicóloga?” “No” “Entonces esta sesión está finalizada”
¿Qué tiene de bueno ser mago? ¿Cuál es el punto de ser mago? Él viene, te engaña, te hace sentir estúpido, el show termina. Nunca sabés realmente que pasó. Nunca es explicado. Eso es lo que el mago quiere, y todo sale como el quiere. Es como “Acá hay una moneda de 25 centavos. Ahora se fue. Sos un idiota”
Hay veces que, inclusivo, te piden que soplés. Eso es algo que a los adultos maduros les gusta hacer, soplar en un maso de cartas. Ah, y me encanta ese pequeño gesto de sorpresa que hacen con la cara cuando hacen los trucos, como si fuera “Oh, no sabía que esto iba a pasar. Hasta me sorprendí yo!”
La gente hace más trabajo buscando trabajo y no conseguiendolo que cuando lo encuentra y lo tiene.
Me puse a chatear con alguien en el otro día (seguramente una rubia) la cuál me decía que siempre había pensado que Atlantic City era la Antartida, en Inglés.
Y me puse a pensar: ¿Habrá cybers en la Antartida? De seguro alguien debe de haber en la Antartida con una notebook con el que pueda hablar ¿Se imaginan la charla? “Yo estoy acá, en Buenos Aires ¿Vos?” “En la Antartida” “¿Y cómo está el tiempo por ahí?” “Lindo, hoy está calentito, 20 grados bajo cero” “Ah ¿Nada más?” “Armamos un partidito con los chicos pero perdimos. Pasa que son todos unos pechos frio”
No se porqué pero los profesores de gimnasia suelen ser muy duros, muy exigentes. No sé si será porqué son militares o tienen problemas de pareja y lo reflejan en el trabajo, o algo por el estilo, pero cada vez se los entiende menos. “Corran 10 minutos” Corrés como cincuenta vueltas “Falta un minuto” Corrés diez vueltas más “Faltán 40 segundos” Corrés quice vueltas más “Faltán cinco segundo” “¿Pero cómo que faltan cinco segundos? Dejame de joder, cuarenta vuelta ya dí” “Ah, son unas mariquitas ustedes, se queján de cinco segundos ¿Quieren jugar en primera?” “Sí, pero yo quiero jugar al fútbol, no a las carreras” “¡Ustedes son todas unas mariquitas”
No se entienden. Es como mi profesor de psicología que persona más contradictoria que ella no encontrás. Tenés que dar un oral y estás totalmente nervioso, y ella está “Dale, habla ¡Deci lo que sabés aunque no tenga nada que ver, pero, por el amor de dios, Hablá!” Te ponés a hablar y a decir todo lo que sabés, y a los dos minutos te para y dice “¡Para decir estupideces, no digás nada! ¡¿Porqué no piensan las cosas primero, antes de decirlas?!”
La violación de menores...¿Porqué se llama Pedofilia? ¿Quiénes fueron los enfermos que decidieron ponerle ese nombre a la violación de menores?
“Ey, ¿Qué nombre le ponemos a la violación de chicos?” “No sé...¿qué hacén los chicos?” “Se tiran pedos” “Bueno, pongámosle Pedofilia” “¡Que buena idea!” Tiene sentido así.
Les cuento que tengo un loro en mi casa, y pasa que, bueno, un día me saqué un uno en Biología y estaba en mi casa, recontra caliente viendo la prueba y me enojé con la prueba, la tiré a la mierda y grité “¡Andá a la puta que te pario!” Y desde ahí, el loro empezó a hablar, pero eso es todo lo que dice. “Andá a la puta que te pario” esto, “Andá a la puta que te pario” otro. Ese es todo el vocabulario que tiene. El hola es “Andá a la puta que te pario”, la charla es “Andá a la puta que te pario” y el chau es “Andá a la puta que te pario” Eso es lo único que dice.
Y entonces yo, para levantar la nota, tuve que dar un oral en biología acerca de algún animal, y el profesor me preguntó “¿Qué animal ha elegido?” “El loro” “¿Y porqué? ¿Qué le dice el loro?” “¡Andá a la puta que te pario!”
Se habrán imaginado a que mes me llevé la materia.
Y cuando alguien te recomienda un doctor te dicen “Acordate de decirle que me conocés a mi” ¿Porqué? ¿Cuál es la diferencia? Él es un doctor. “Oh, ¿vos conocés a Bob?. Oh, oki, entonces te voy a dar las pastillas posta, el medicamento real. A todos los demás les estoy dando Tic Tacs”
Y si hay algo que es genial es la sala de espera, donde te sentás ahí con tu pequeña revistita, y pretendés que la estás leyendo, pero en realidad, estás mirando a las otras personas que están ahí “Me pregunto que tendrá él. Se vé que tiene algo en la cara ¿Será por eso que viene? ¿Tendrá Sida?” Y cuando te llamán, cuando mencionan tu nombre, te sentís importante. Te parás, te ajustás el pantalón, mirás a todos los demás, y decís “Bueno, parece que me eligieron...y voy a estar muuuucho tiempo ahí dentro”
Las horas con los psicólogos duran entre cuarenta y cincuenta minutos. ¿No es que eran horas? No entiendo. Pasa que se pasan cincuenta minutos hablando con vos y los otros diez restantes, se quedán criticandote con la secretaria “No, este tipo está loco ¿Viste lo que dijo? Ah, no sabés lo que dijo. Ni te imaginas. A ver quien viene ahora. ¡Uh, este está más loco todavía!”
Yo he ido en varias oportunidades al psicólogo pero no tenía temas de que hablar, y pareciera que tenés que tener problemas para ir al psicólogo, que es obligatorio que te haya ocurrido algún quilombo en la semana “Perdone, señorita, que la hago perder el tiempo, pero esta semana no me pasó nada. Lamento que no me haya atropellado el camión, ni me haya dejado mi novia, ni me haya peleado con mi mejor amigo, ni me hayan pescado macheteándome en la prueba de historia. Realmente lo lamento, pero no me pasó nada. Esta fue una semana vacia, asi que no puedo alimentar sus ganas de que yo tenga un problema” “Yo quiero que usted se sienta bien, no quiero que le pase nada” “Entonces esta fue una semana perfecta” “Bueno, pero de algo tenemos que hablar” “¿Le gusta el futbol, psicóloga?” “No” “Entonces esta sesión está finalizada”
¿Qué tiene de bueno ser mago? ¿Cuál es el punto de ser mago? Él viene, te engaña, te hace sentir estúpido, el show termina. Nunca sabés realmente que pasó. Nunca es explicado. Eso es lo que el mago quiere, y todo sale como el quiere. Es como “Acá hay una moneda de 25 centavos. Ahora se fue. Sos un idiota”
Hay veces que, inclusivo, te piden que soplés. Eso es algo que a los adultos maduros les gusta hacer, soplar en un maso de cartas. Ah, y me encanta ese pequeño gesto de sorpresa que hacen con la cara cuando hacen los trucos, como si fuera “Oh, no sabía que esto iba a pasar. Hasta me sorprendí yo!”
La gente hace más trabajo buscando trabajo y no conseguiendolo que cuando lo encuentra y lo tiene.
Me puse a chatear con alguien en el otro día (seguramente una rubia) la cuál me decía que siempre había pensado que Atlantic City era la Antartida, en Inglés.
Y me puse a pensar: ¿Habrá cybers en la Antartida? De seguro alguien debe de haber en la Antartida con una notebook con el que pueda hablar ¿Se imaginan la charla? “Yo estoy acá, en Buenos Aires ¿Vos?” “En la Antartida” “¿Y cómo está el tiempo por ahí?” “Lindo, hoy está calentito, 20 grados bajo cero” “Ah ¿Nada más?” “Armamos un partidito con los chicos pero perdimos. Pasa que son todos unos pechos frio”
No se porqué pero los profesores de gimnasia suelen ser muy duros, muy exigentes. No sé si será porqué son militares o tienen problemas de pareja y lo reflejan en el trabajo, o algo por el estilo, pero cada vez se los entiende menos. “Corran 10 minutos” Corrés como cincuenta vueltas “Falta un minuto” Corrés diez vueltas más “Faltán 40 segundos” Corrés quice vueltas más “Faltán cinco segundo” “¿Pero cómo que faltan cinco segundos? Dejame de joder, cuarenta vuelta ya dí” “Ah, son unas mariquitas ustedes, se queján de cinco segundos ¿Quieren jugar en primera?” “Sí, pero yo quiero jugar al fútbol, no a las carreras” “¡Ustedes son todas unas mariquitas”
No se entienden. Es como mi profesor de psicología que persona más contradictoria que ella no encontrás. Tenés que dar un oral y estás totalmente nervioso, y ella está “Dale, habla ¡Deci lo que sabés aunque no tenga nada que ver, pero, por el amor de dios, Hablá!” Te ponés a hablar y a decir todo lo que sabés, y a los dos minutos te para y dice “¡Para decir estupideces, no digás nada! ¡¿Porqué no piensan las cosas primero, antes de decirlas?!”
La violación de menores...¿Porqué se llama Pedofilia? ¿Quiénes fueron los enfermos que decidieron ponerle ese nombre a la violación de menores?
“Ey, ¿Qué nombre le ponemos a la violación de chicos?” “No sé...¿qué hacén los chicos?” “Se tiran pedos” “Bueno, pongámosle Pedofilia” “¡Que buena idea!” Tiene sentido así.
Les cuento que tengo un loro en mi casa, y pasa que, bueno, un día me saqué un uno en Biología y estaba en mi casa, recontra caliente viendo la prueba y me enojé con la prueba, la tiré a la mierda y grité “¡Andá a la puta que te pario!” Y desde ahí, el loro empezó a hablar, pero eso es todo lo que dice. “Andá a la puta que te pario” esto, “Andá a la puta que te pario” otro. Ese es todo el vocabulario que tiene. El hola es “Andá a la puta que te pario”, la charla es “Andá a la puta que te pario” y el chau es “Andá a la puta que te pario” Eso es lo único que dice.
Y entonces yo, para levantar la nota, tuve que dar un oral en biología acerca de algún animal, y el profesor me preguntó “¿Qué animal ha elegido?” “El loro” “¿Y porqué? ¿Qué le dice el loro?” “¡Andá a la puta que te pario!”
Se habrán imaginado a que mes me llevé la materia.
