Agie ..
Por de pronto, tendrás que olvidarte de todo el D.privado y del público (menos el Constitucional), y comenzar de nuevo. Las categorías conceptuales del D.Penal no tienen nada -pero nada- que ver con el resto. Y las procesales, ni que decir.
Tendrás que asumir que la gente con la que tratarás es totalmente otra. Olvidate de las mesas de entrada civiles o comerciales o laborales, donde pedís y te dan el expediente. En Penal te mirarán inquisitivamente y te preguntarán quién sos, por quien venis, para qué querés saber y, aún así, dudo que veas los autos. A lo sumo te llevarás un comentario del oficial sobre el trámite. El resto, probablemente, te lo esconderán.
Tus clientes (o tus contrarios, si querellás) no discuten un contrato, un divorcio, un desalojo.. tus clientes se vinculan con un delito, a veces con un hecho violento o que generó un perjuicio o daño que mueve planos emocionales y morales muy difíciles de controlar.
El resto de la gente no dirá 'ah, mirá vos' como si les dijeras que ejecutás prendas. Te mirará fijo y te preguntará si sacás de la cárcel a criminales, por lo que te verás en el caso de explicar qué son las garantías y todo lo demás que, a ellos, les importará un bledo. Serás uno que defiende delincuentes.
Con los Jueces, Fiscales y demás funcionarios tendrás que cuidarte como de hacerte pis en la cama. Y no porque te odien o quieran perjudicarte, sino porque tendrás que ganarte fama de honesto y reservado a riesgo de, ante el menor descuido, cobres fama de 'girador' y no te informen más nada, nunca.
Tendrás que tratar con la Policía y el Servicio Penitenciario, que tienen un trabajo no precisamente tranquilo y que, a muchos de sus integrantes, los pone nerviosos y un poco impacientes.
Tendrás que mantener absoluta -ab so lu ta- reserva de todo lo que sepas (y esto, para muchos, incluye a los medios) y tendrás que ser leal a tu cliente aún -y especialmente- si él no fué leal contigo. Nadie debe saber por qué aceptás o rechazás una defensa, o por qué renunciás a ella. Nadie. En especial el Juez.
Tendrás que asumir que si no cobrás tus honorarios de entrada, no cobrarás. Esto es, ha sido y será así, siempre. Y, en especial, tendrás que cuidarte muy bien de no olvidar que sos abogado del cliente. Ni su amigo, ni su compinche, ni su psicoanalista, ni su papá.
En suma: si todo esto (y hay más) te impresiona, te disgusta, te molesta, no sigas adelante. Si, a pesar de eso, querés seguir, puede que tengas pasta para penalista, puede que no. Tendrás que intentarlo.
Y esto incluye comenzar desde abajo. Una casa no se construye desde el techo.
Olvidate, por último, de tomar un caso y 'después pregunto'. Además de ser una irresponsabilidad (está en juego la libertad de una persona) no olvides que el Derecho Penal no se aprende por episodios. O lo conocés, o no te metas.
En cualquier caso, si sobrevivís a todo esto, bienvenida y suerte.
'Hay personas que estudian abogacía porque quieren saber Derecho,
y otras que estudian Derecho porque quieren ser abogados'
"La ignorancia no es otro punto de vista"