Me llegó un mail que es interesante compartir con ustedes y se basa en estádisticas que nos dicen cosas más interesantes aún:
Queridos amigos: Las recientes declaraciones del Papa condenando el uso del preservativo han levantado una polvareda mediática tendiente a ridiculizar y aislar al Santo Padre. Sin embargo el catedrático de Harvard, el Dr. Edward Green afirma que :
“El Papa tiene razón. Nuestros mejores estudios muestran una relación consistente entre una mayor disponibilidad de preservativos y una mayor (no menor) tasa de contagios de Sida”.
Lo cual es lógico, porque recomendar preservativos para tener todo el sexo que se quiera y sin riesgo alguno, aparte de ser falso, sólo logra consolidar conductas de riesgo. Sería innecesario aclarar esto, sólo lo hacemos por la gran cantidad de católicos que se han mostrado dubitativos frente al pensamiento del Papa. Para poner un ejemplo práctico miremos a Uganda, donde la esposa del presidente, mujer muy católica, a sido una de las principales impulsoras de la política del ABC, A (abstinence), B (be faithful - se fiel), C (condoms), política que ha logrado un éxito irrefutable.
País
Católicos
Con sida
Suazilandia
5%
42,6%
Botswana
4%
37%
Sudáfrica
6%
22%
Uganda
43%
4%
Un abrazo, en Cristo y María.
Carlos Castillo
Unión Argentina por la Familia y la Cultura.
Autor: Padre Anthony Zimmerman, natural de Estados Unidos, es un sacerdote misionero que vive en Nagoya, Japón
Uganda vence al SIDA sin preservativos
Más del 78% de los africanos que usan preservativos se infectarán con el virus del SIDA
Uganda vence al SIDA sin preservativos
Uganda vence al SIDA sin preservativos
La castidad funciona
A pesar de los intentos del Fondo de Población de las Naciones Unidas (FNUAP o UNFPA, por sus siglas en inglés) y de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) de controlar el SIDA a base de invertir en preservativos, no se está yendo a ninguna parte. Las personas infectadas con el VIH (el virus que causa el SIDA) suman hoy en día unos 40 millones y la cosa parece que se pondrá peor en el futuro. Sin embargo, la castidad comienza a voltear la tortilla, por ejemplo, en Uganda.
Lo que pasa con el látex
El látex es una débil protección ante lo infinitesimalmente diminuto que es el virus VIH, el cual es 400 veces más pequeño que los espermatozoides que generan a los bebés. El preservativo promedio permite la concepción en el 14% de los casos al año y esta tasa se acumula con el correr del tiempo de manera tal que después de dos años de uso la tasa de embarazos aumenta al 35%, luego de tres años al 45% y luego de 10 años al 78%.
A la postre más del 78% de los africanos que usan preservativos se infectarán con el virus del SIDA . Los promotores de estos pedazos de látex deben saberlo. Y si lo niegan, hablan como avestruces que esconden la cabeza en la arena.
La juventud es capaz
La única manera de impedir la infección del virus del SIDA es vivir castamente; esperar hasta el matrimonio y luego ser fiel en él. Ése es el camino de la naturaleza; ése es el camino de Dios. Esta posibilidad está disponible a todo joven, hombre o mujer, en todo el mundo. Este tipo de prevención es 100% eficaz. Podemos impedir el SIDA totalmente.
Mons. Jacques Suaudeau, del Pontificio Consejo para la Familia y quien también es médico, ha informado (en la edición del 19 de abril del 2000 del L´Osservatore Romano) que los adolescentes sí cambian su conducta si se les guía correctamente. Mons. Suaudeau descubrió que en Uganda, Tanzania y Nigeria, hay grupos juveniles que han sido organizados por religiosas, sacerdotes y laicos que están preocupados por los jóvenes. Estos grupos se dedican a luchar contra el SIDA y tienen nombres muy significativos, como "Juventud Viva" y "Juventud para la Vida". A estos grupos informales, que son independientes de cualquier gobierno u organización estatal, pertenecen chicos y chicas de 16 a 18 años de edad que se dedican a difundir la continencia (abstinencia sexual) hasta el matrimonio y la castidad conyugal entre sus compañeros de clases. Estos grupos no son proyectos teóricos, existen realmente –de hecho, han existido durante varios años. Son discretos y eficaces.
Con el mismo dinero
Tuvimos la oportunidad de reunirnos con ellos. Conversamos con jóvenes normales, sonrientes, felices e interesados en la música y el fútbol, jóvenes que aman la vida, pero no los profilácticos. Estos jóvenes y sus grupos no están pidiendo dinero; sino amor, paciencia, tiempo, dedicación y fe a aquellos que los guían.
Sin lugar a dudas, este es el modelo que hay que seguir. Ciertamente no es un modelo fácil de emular. Pero es un modelo plenamente humano, que se basa en la fe y en la esperanza, no en un pedazo de goma hecho de látex.
Con los millones de dólares que se gastan en el negocio de los profilácticos, se hubiera podido lograr mucho más para la juventud africana, para su educación, para brindarles apoyo y para una prevención eficaz del SIDA fundada en la castidad.
Algunas cifras estadísticas
Mons. Suaudeau también informa que cada vez más jóvenes ugandeses están esperando hasta el matrimonio para tener relaciones sexuales. Las encuestas realizadas en Kampala, la capital del país, arrojaron que sólo el 31% de los chicos entre 15 y 19 años de edad fueron continentes hasta el matrimonio en 1989; pero que esta cifra había aumentado al 56% en 1995. Entre las chicas, este índice aumentó del 26% al 46%. Entre los hombres casados, el índice de relaciones sexuales infieles disminuyó de un 22.6% a un 18.1%. Al mismo tiempo, la tasa de enfermedades de transmisión sexual bajó del 21% al 5% de 1990 a 1996.
Es verdad que también durante ese tiempo aumentó el uso de los preservativos. Pero Mons. Suaudeau considera que el factor más importante ha sido el cambio de conducta a favor de la castidad. Después de todo, otros países han tenido un aumento de preservativos, pero no un descenso de casos de SIDA.
Sabiduría japonesa
La edición del diario Baltimore Sun in Yomiuri del 16 de julio del 2002, informó que el índice de infecciones del VIH/SIDA en Uganda descendió del 31% en 1990 al 8.3% en 1999. Como ya hemos visto, la castidad es el método de prevención que muchos prefieren en Uganda. Esas cifras indican que existe un método eficaz para impedir el SIDA y muchos jóvenes ugandeses y de otras partes del mundo lo conocen y lo están usando. Ha llegado la hora de cambiar de táctica. Los adolescentes están esperando el liderazgo de sus mayores. Un refrán japonés dice sabiamente que "cuando se tiene prisa, hay que tomar el camino más largo". El atajo son los preservativos, pero conducen a la muerte. El camino más largo es la castidad, que lleva a la vida.
Angelina Kakooza-Mwesige, pediatra del hospital Mulago, el más grande del país, cuenta en una entrevista ("MercatorNet", 18-04-2006) qué ha ocurrido en Uganda. Su experiencia es que la solución no es más preservativos, sino cambios en la conducta sexual, la lucha contra la pobreza y la mejora del estatus social de las mujeres.
— Uganda ha tenido un notable éxito en la lucha contra el sida. ¿Cuáles han sido los principales factores de este éxito?
— En primer lugar, hemos contado con la valentía y el empeño del presidente, Yoweri Museveni, cuya franqueza en el debate sobre el sida y los comportamientos sexuales contribuyó a que la población captara la magnitud del problema. A continuación se optó por conseguir que la población cambiara su comportamiento para evitar el riesgo, y no solo reducirlo, como hacen los programas de prevención centrados en la difusión de preservativos.
El mensaje sobre el cambio de comportamiento fue muy claro y práctico: A (abstinencia), B (fidelidad) y, si no se vive lo anterior, C (condón). Para la Iglesia católica, la C indica Carácter, formación del carácter. El hecho fue que la campaña ABC produjo un cambio de conducta: personas sexualmente activas decidieron ser fieles a una sola pareja y otras resolvieron retrasar el comienzo de las relaciones sexuales. Según el informe "Uganda's Demographic and Health Survey 2000-2004", el 93% de los ugandeses cambió su comportamiento sexual para evitar el sida.
Hay otros muchos aspectos importantes de la campaña: empezó a impartirse educación preventiva contra el sida en las escuelas de primaria, antes de que los chicos comenzaran la actividad sexual; los líderes religiosos pusieron a disposición sus asociaciones para difundir la campaña; las personas infectadas participaron en actividades de prevención, etc.
El objetivo básico era infundir miedo hacia la enfermedad, que es realmente terrible, para que la gente reflexionara sobre el riesgo de tener ciertos comportamientos y motivarles a cambiar.
Al mismo tiempo, comenzamos a luchar contra la estigmatización de las personas infectadas porque eso les privaba de las posibilidades de tratamientos y cuidados, y contribuía a que extendieran la enfermedad. Hemos trabajado mucho para sustituir la negación por la comprensión.
También ha sido muy importante el avance social de las mujeres y, por supuesto, la mejora en el acceso a los antirretrovirales.
— Los expertos occidentales no tienen mucha fe en la capacidad de los jóvenes para ser castos y fieles. ¿Fue muy difícil que los jóvenes ugandeses se tomaran este mensaje en serio?
— Siempre es difícil de entrada difundir este discurso entre los jóvenes. Muchos piensan que es imposible. Sin embargo, una vez que comprueban la verdad del mensaje y sus ventajas, se convierten en sus firmes defensores y lo apoyan entre sus coetáneos. Existen varios grupos de jóvenes, como Youth Alive y Ma-Play, que están convencidos del mensaje, lo difunden entre sus compañeros y tratan de ayudarles a llevarlo a cabo.
— ¿Hay dificultades provocadas por el estatus de la mujer en el país? ¿Es un problema especial la poligamia?
— Sí, existen muchos problemas en ese ámbito. Todavía hay una desigualdad de género que subordina los derechos de la mujer a los de los hombres en las relaciones sexuales. Muchas mujeres son dependientes social y económicamente de los hombres, y algunas no tienen la capacidad de decir "no" a un marido infiel. La poligamia es un problema real. El 32% de las ugandesas viven en uniones polígamas.
— ¿Es un gran obstáculo la pobreza para cambiar el comportamiento sexual de la gente?
— Fundamental. Algunas adolescentes pueden empezar a tener relaciones sexuales a cambio de poder comprar ciertas cosas o para sentirse aceptadas en actividades que les permitan formar parte del grupo de amigos. Algunos padres dan a sus hijas en matrimonio para conseguir una dote que les permita hacer frente a las necesidades de su familia. Algunas mujeres que no están casadas o son viudas y pierden su empleo, pueden verse en la necesidad de intercambiar sexo por dinero, para comprar ropa y alimentos o pagar el colegio de los hijos.