Portal de Abogados

Un Sitio de Ley 

  • Cuento (para fanáticos de Asimov)

  • Charlas de café. Hilo social y cualquier tema de interés o entretenimiento.
Charlas de café. Hilo social y cualquier tema de interés o entretenimiento.
 #511869  por cfg
 
El leer algunos cuento en el portal, me hizo revivir otras épocas en las cuales escribí algunas cosas y renacer el deseo de escribir ficción (más allá de la que se escribe en la profesión :lol: :lol: ) aquí va un cuento de hace algunos años inspirado en los cuentos de robosts de Isaac Asimov:

JAN
La vida-muerte, ese estado semiconsciente en el que todos nos hemos encontrado alguna vez, se había apoderado de su ser. Ruma y Atlon se habían ido a uno de esos fines de semana, de los cuales él –quizá porque era muy conservador y ya se estaba haciendo viejo- no podía terminar de aprobar.
Se había prometido no sufrir durante las 50 (¿o 51?) horas de ausencia de Ruma, a tal fin había organizado hasta el más leve detalle todas sus actividades: teatro, cocer y comer una buena comida, buenas lecturas, momentos de relax y otras cosas por el estilo.
Pero, la hora de regreso se había cumplido y Ruma no llegaba, levantó el intercomunicador y le preguntó a Cecil si había novedades, “no” fue la lacónica respuesta.
Llegó, pues, adonde no quería, a ese estado vida-muerte donde el pasado, el futuro y el presente se funden. Donde la “realidad” no existe. Donde el contacto con los otros seres se hace intenso y difuso a su vez. Así vio a Ruma, la amó como nunca lo había hecho, pudo –por unos instantes- mezclarse con ella, sintió todos sus deseos, vivió todas sus fantasías, conoció sus lugares más recónditos. Luego, de golpe, todo se hizo silencio, oscuridad. ¿Esa era Ruma? ¿Quién era él, Jan? Esta última pregunta no podía ser respondida tan fácilmente, el dispositivo vida-muerte todavía estaba en su etapa experimental y no podía hacer que una persona pudiera conectarse tan cercanamente consigo misma.
 #511870  por cfg
 
Apagó el aparato y se puso a reflexionar. Ruma no era “su” Ruma, era un ser diametralmente opuesto a quien había idealizado-imaginado durante los últimos años, nuevamente surgió la pregunta ¿pero, quién era Él? El intercomunicador sonó, Cecil anunciaba la llegada de Ruma, Jan tomó el aparato y pidió hablar con Atlon:
_ Siento molestarte de nuevo, pero te devuelvo a Ruma, los cambios en su cerebro positrónico que había sugerido no servirán de nada. Mandala a un centro donde su capacidad pueda desarrollarse, vos sabés cuáles: el de Flagg o el de Liebbe. Sabés que encontrar a alguien para mi centro es casi imposible. Nos vemos y suerte.
Cortó. Entró Ruma, la besó, se fueron a acostar. Jan sabía que serían sus últimas horas juntos, pero no quería incorporar otro dato conflictivo a la mente de su compañera.
La trató con el cariño que se tiene por un hijo, percibía que ella estaba halagada, sabía que todas estas experiencias serían luego aprovechadas por Flagg o Liebbe, pero aunque sabía que eso lo perjudicaría, no podía evitarlo porque había llegado a amarla. Ella se durmió y Él recibió la respuesta a su pregunta existencial, Jan era y es el ser que siembra e ilumina las mentes, se rió con ganas y al fin se durmió.
FIN
 #512037  por Master
 
¡Excelente, cfg!
 #512043  por cfg
 
Gracias Master, lo escribi hace años, pero el portal me abrió de nuevo las ganas de escribir...vamos a ver qué sale
 #512241  por cfg
 
Graicas DAL, acá subo otro más cortito que escribí por la misma época. Es una metáfora de lo que hace mucha gente...

La madrugada

La mesa estaba servida. La vida seguía. Él pensó por un instante que no, que la mesa no se serviría, pero pasó. Otra vez -como siempre- la vida seguía, la mesa se servía, la cama se tendía, la bañadera se llenaba, la noche llegaba, el día llegaba, ¿La madrugada? Momento extraño, donde la realidad es distinta, eso no aparecía. Él quería encontrarla, esperaba despierto de noche, pero nunca podía aguantar lo suficiente, cuando despertaba ya era de día y ... la mesa estaba servida y otra vez a prepararse durante el día a luchar contra el agobio diario y a hacer lo posible para permanecer una noche despierto y llegar a la bendita madrugada, donde las ideas cambian, donde todo se ve desde otro ángulo. Era necesario, ya hacía un año que había vendido sus madrugadas a cambio de seguridad, de comida, de un techo, es decir para “vivir dignamente”. Ya no podía más, extrañaba enormemente las madrugadas, estaba dispuesto a vivir en las calles, a pasar hambre, a pasar por las peores miserias humanas para recuperarlas. Pero no… la madrugada se había ido y nunca más la tendría.