Si, vic, es una experiencia de esas que sirven, al menos, para toda la futura actividad profesional de una Abogada o de un Abogado.
Igual, a su vez, es una experiencia algo extraña, (no en sentido de "lo raro", o de "lo no singular"), y, al menos, para mí, no fácil de describir. Digamos que los Bogas y las Boguitas no "curan almas", ni "hacen placas radiográficas", ni "realizan transplantes", pero, si "piensan en la nueva ley", que, luego, hace feliz a unos e indigesta a otros. Claro, los Juristas no hacen las conductas ni las normatizan, a lo sumo, "ven algo que sucede en el ámbito de las situaciones y de las relaciones sociales", y, que, a su vez, "algo de eso" se opone a, por ejemplo, un principio de convivencia, o a un valor de convivencia. Los juristas, tampoco, dicen: "El hombre que mata, es malo; el hombre que no mata, es bueno"; "La mujer que no obedece a su esposo, es mala; la mujer que obedece a su esposo, es buena". En nuestra vida cotidiana, lo que hacemos o lo que no hacemos, puede estar vínculado a lo que pensamos y a lo que creemos "es bueno o es malo"; pero, desde el plano de la valoración jurídica, "eso que hacemos o no hacemos", no esta vínculado a "lo bueno que soy" ni a "lo malo que soy", sino que esta vínculado a "un requisito legal" o a "una imposición de La Ley". A su vez, ese requisito legal o esa imposición de La Ley, nacen de la Idea de Justicia, de los Principios Filosóficos, etcétera; entonces, "matar no será malo, sino que será un homicidio y, a su vez, será injusto", "ejecutar un ardid o un engaño no será malo, sino que será defraudar y, a su vez, será injusto". En fin, para La Ley, no existe el hombre bueno o el hombre malo, sino que existe el hombre que vive de acuerdo a lo que prescribe La Ley: "Ese hombre, es el hombre justo". Los otros hombres, ¿qué son?
Saludos