Son realmente lamentables los casos de usurpación de viviendas particulares y, entiendo, ése no es el caso que inició el thread.
No comparto la idea de anomia. Sociológicamente la anomia se refiere a una "desviación" o "ruptura" de las normas sociales.
Efectivamente, estimado
cdiriarte, la temática que inició el hilo fue la
anomia reinante en nuestro país, signo y síntoma sociológico de pesadas consecuencias jurídicas que no augura nada bueno. Y observo que puede haber una confusión acerca del concepto de "anomia", asimilándola equivocadamente a violación de las normas, o a una "desviación" o "ruptura" de las normas sociales".
La
anomia no es un hecho "jurídico" objetivo, como puede serlo la configuración de un tipo delictivo o contravencional. La
anomia es un signo social, que se traduce en vivencias íntimas de los sujetos, y en conductas y actitudes colectivas. Por ejemplo:
- a un ciudadano le saquean la casa, y duda si hacer la denuncia, porque tiene la íntima convicción de que no servirá para nada, y que encima le van a empezar a complicar la vida, diciéndole que tienen que clausurarle la entrada, y que esto, y que aquello y que lo de más allá; y que si los delincuentes se refugiaron en un barrio de emergencia, los va a ir a buscar Gardel;
- a otro le ocupan una vetusta casa de su propiedad en plena Capital Federal a cuadras del Congreso, y cuando hace la denuncia policial le dicen que no se puede hacer nada, porque los "okupas" exhiben un contrato en regla, extendido por el Sr. Esteban Quito, presunto propietario;
- entonces ese pobre Cristo agarra la 45, y se va con todo su grupo familiar, y entran en su propia propiedad (valga la cómica redundancia), y empiezan a arrojar todo lo que encuentran a la calle (esto lo hizo en la década le los 1985s un cliente mío, exasperado por la ineficacia de la ley y de su abogado -yo- que sólo atinaba a recomendarle un buen estudio jurídico especializado en temas penales. Tuvo suerte: los rajó, a pesar del "puntero" que los apadrinaba. La capacidad persuasiva de la 45 y la corpulencia de sus jóvenes hijos y esposa obraron milagros.
- un automovilista "se lleva puesto" a un piquetero que le impedía la libre circulación por la ciudad, y lo arrastra a lo largo de dos cuadras;
- una tertulia de abogados reunidos en un café leen los términos de un fallo aprobatorio de la legitimidad de la ocupación de parques públicos atento a su carácter de comunes a toda la población, y hacen todo tipo de comentarios sardónicos e hilarantes respecto de la solidez conceptual del mismo;
- cualquier automovilista que va al Conurbano de noche, sabe que los semáforos rojos no existen; tiene muy clara la “sensación” de que a partir del anochecer ese color no debe ser percibido por la retina del conductor…a menos que quiera terminar sin auto, sin billetera, y en calzoncillos en medio de la ruta…con suerte.
- un grupo de estudiantillos con ganas de rabonearse un poquitín deciden exigir perentoriamente esto y aquello y lo de más allá, y cortan la avenida Callao en la intersección de Corrientes desde horas tempranas de la mañana, causando un verdadero caos en un punto neurálgico de la ciudad.
¿Sigo dando ejemplos tendientes a demostrar que la anomia es una vivencia y una sensación colectivamente compartida de que las normas no existen, o son pasibles de cualquier interpretación antojadiza, o no sirve de nada respetarlas…?
Bueno, aprovecho para retribuírle sus augurios de felices fiestas.