Domingo, en el secundario, era el día pre lunes, motivo por el cual a la tardecita solia generar una depre, más o menos importante, sobre todo si uno no habia abierto los libros para estudiar para el examen que inevitablemente tomaba el sádico profesor de fisica-quimica.
Era el día de las visitas familiares, cuando venian los tios (buena gente, pero un poco pesados), o nosotros visitabamos a los mismos, cosa que odiaba con toda el alma, pero eran obligaciones familiares, así eran las cosas.
En el atardecer como ya dije, era esa presión que uno tenía en el estomago y en el pecho, de culpabilidad de no haber estudiado, y entonces se abrian esos libros, para descubrir con horror que uno no entendia un pito de las salvajes fórmulas.
Siempre a lo largo del secundario, me pasó también que el lunes era el día de la préhora, es decir que se entraba una hora antes al cole, para tener que soportar la infame clase de alguna materia que odiabamos con toda el alma, me acuerdo caminando en invierno rumbo al cole, con las zanjas con agua helada por la escarcha, y me sentía realmente un desgraciado.
Pasaron muchos años. y sin embargo al atardecer del domingo tengo esa misma sensación, como que me olvidé de estudiar, y el lunes tengo examen.
Era el día de las visitas familiares, cuando venian los tios (buena gente, pero un poco pesados), o nosotros visitabamos a los mismos, cosa que odiaba con toda el alma, pero eran obligaciones familiares, así eran las cosas.
En el atardecer como ya dije, era esa presión que uno tenía en el estomago y en el pecho, de culpabilidad de no haber estudiado, y entonces se abrian esos libros, para descubrir con horror que uno no entendia un pito de las salvajes fórmulas.
Siempre a lo largo del secundario, me pasó también que el lunes era el día de la préhora, es decir que se entraba una hora antes al cole, para tener que soportar la infame clase de alguna materia que odiabamos con toda el alma, me acuerdo caminando en invierno rumbo al cole, con las zanjas con agua helada por la escarcha, y me sentía realmente un desgraciado.
Pasaron muchos años. y sin embargo al atardecer del domingo tengo esa misma sensación, como que me olvidé de estudiar, y el lunes tengo examen.
********Abogado********
Ciudad Autónoma de Bs.As.
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