[Precisamente, la cuestión se había tornado áspera por el incidente de excarcelación. En dos palabras, le denegaban la exc. por la escala penal del delito (también una burrada, a mi entender), eso llevó a ir recurriendo en todas las instancias y a ver que el procesamiento era básico para cambiar también la suerte de la excarcelación. Es decir, si en todas las instancias me deniegan la exc. por "la calificación del delito y la escala penal", no tengo mas opción que atacar eso. Para complicarlo más, el tipo tenía una rebeldía en un federal. Bien, una vez que lo atrapan la rebeldía ya no existe, en rigor jurídico. O sea, el tema con el juzgado federal, no tenía que traeros cola a nosotros. Siguiendo los pasos del fallo "Pietro Cajamarca", minimizamos la rebeldía (inexistente ya en ese momento). El informe de la CIDH 2007 (Peirano Basso vs. Uruguay) fue el gran abono del caso. La causa llegó a la Casación y por razones de economía procesal, estaban resolviendo tanto la exc. como el procesamiento apelado. La idea era que, revocando el procesamiento mediante el ajuste típico del tipo penal, revocaran en consecuencia la exc. denegada. Ni el imputado podía creer la suerte que le tocaba, por sus antecedentes ya estaba resignado.