Mi experiencia fue penosa compartiendo clientes, básicamente porque mi estudio ponía todo el trabajo, la firma, la procuración, la atención del cliente y los gastos corrientes, el colega ponía el cliente y luego caía con delirios místicos a la hora de cobrar honorarios, que se apartaban de lo que habíamos conversado en su momento. O con "pero che, es amigo, no le vas a cobrar tanto". O, en un caso, de un ex compañero de la facultad que trabaja en una telefónica y no litiga y me dió una sucesión con un "pero che, no sabés lo que le debo a ese tipo, es como mi padre postizo no le cobremos NADA", con escenita de nervios incluída. En fin...
Otros quizá puedan hablar loas del trabajo compartido, en mi caso la cosa no anduvo.
Ahora, para evitar malasangres que suelen producirse en el momento de cobrar honorarios (porque mientras uno trabaja, todo está fenómeno, los problemas son al pretender cobrar) me manejo con un fijo por cliente, pagadero contra la firma del poder y después el colega desaparece de la escena.
El fijo depende del caso y lo asumo yo.
Tengo los bolsillos llenos de verdades (by Charlie)